De acuerdo a la “International Organization for Migration” (IOM), en el 2015 un 14.49% de la población residente en los Estados Unidos era inmigrante. Es decir, un total aproximado de 14, 627,102 personas. Ese mismo año en Canada, dicha organización reportó que el 21.80% de la población residente de este país es inmigrante. De la misma manera, en Australia un 28.22% de la población en el 2015 resulto ser inmigrante. Estos datos confirman una vez más que dentro de la poblacion mundial hay una gran cantidad de habitantes que deciden salir de sus países y encontrar nuevos rumbos en otras naciones.
En términos sencillos, el emigrante es un individuo que sale de su país de nacimiento por ir a radicarse en otro país debido a situaciones económicas, políticas, académicas o sociales. Es así como el proceso de inmigración conlleva un proceso de duelo, contextualización, adaptación y crisis.
Debo confesar que como inmigrante he vivido en carne propia las implicaciones, luchas, dificultades y satisfacciones que se pueden experimentar al salir de tu tierra natal, y por lo tanto sé muy bien que el emigrar tiene efectos fuertes y duraderos en el seno familiar y en el individuo. Es así como a continuación quiero compartir 6 principios esenciales que le ayudaran a usted y a su familia a asumir su nuevo status de inmigrante:
- Oportunidad. Vea su situación de inmigrante como una oportunidad de crecimiento. Establezca metas a largo y mediano plazo que le mantengan enfocado en lo que quiere lograr en su nueva tierra, muy a pesar de los obstáculos que consiga en el camino.
- Apoyo. Tenga especial cuidado en mantener la unión familiar. Procure pasar suficiente tiempo junto a ellos. Esto ayudara a facilitar la transición, así como a enfrentar los retos diarios que cada uno va a encontrar en su entorno.
- Decisión. Evite comparar constantemente su país con el país al que ha emigrado, o su cultura con la cultura del lugar donde ahora reside. Siempre van a existir diferencias, aspectos buenos así como aspectos negativos. Decida enfrentar y abrazar su presente.
- Visión. no se conforme con adquirir estabilidad después de emigrar, luche por estudiar y prepararse, aprender y avanzar. Si el idioma que se habla en el país donde ahora reside es distinto al de su país natal, tome la firme decisión de aprender ese nuevo idioma. Esto le abrirá puertas y nuevas oportunidades en su nuevo contexto.
- Relación. Busque soporte y orientación en personas que tengan más tiempo como inmigrantes que usted. Manténgase en contacto con amigos que desde su país pueden brindarle el apoyo emocional que va a necesitar y sobretodo, abra su mente y corazón para conocer nuevas personas en su medio actual.
- Adaptación. Decida vivir en el presente y no en la melancolía de lo que ha dejado atrás. Sé que esto no es fácil de lograr, pero indudablemente hay un punto en el que usted como inmigrante tiene que aceptar y enfrentar su situación presente sin mantenerse atado a la melancolía de su pasado. Por otro lado, respete y cumpla las leyes del país donde va a vivir. No trate de esquivar, cambiar, o menospreciar las leyes ya establecidas en su nuevo lugar de residencia. Recuerde que esto es esencial para convivir en un lugar seguro y estable.
Es importante recordar, que aspectos como las razones para emigrar, la edad al momento de emigrar y las circunstancias particulares en que lo ha hecho, son factores que determinan en gran manera la percepción que el individuo tenga de su vida como inmigrante. No obstante, tenga siempre presente que su actitud ante esta circunstancia de la vida va a hacer una gran diferencia. ¡Bendecido día!
Psicóloga, Anaely J. Pérez