¿Entendemos realmente lo que implica ser ser madre, esposa y ama de casa? He escuchado a muchos hombres decir que su esposa no trabaja; “ella solo está en casa cuidando los niños” Hace algunas semanas llamé a un amigo que se encontraba en ese momento con sus tres hijos. Al preguntarle por su esposa, me respondió que estaba en un seminario, y por eso él se encontraba cuidando los niños. Al continuar hablando, dijo: “Nunca más le voy a decir a mi esposa que ella no trabaja; tampoco le preguntaré, por qué lleva los niños a ciertos lugares y gasta esa cantidad de dinero; Ahora puedo entender. Estar con los niños todo el día, es el trabajo más duro que puede existir. ¡Prefiero palear nieve toda la noche, en el frío inclemente, y no estar con ellos todo el día!
El papel de “Ama de Casa” se ocupa de tareas muy concretas. Limpiando, ordenando, yendo al supermercado, cocinando, lavando la ropa y los platos, y haciendo todo tipo de trabajo que mejore la calidad de vida de su familia. Todo esto y mucho más son las tareas que una mujer realiza como ama de Casa. Aunque no lo parezca, este es un gran trabajo, el cual nunca termina, y que permite a todos los miembros de la familia disfrutar de un hogar limpio y ordenado.
Como “madre”, está encargada del desarrollo y cuidado de los hijos. Para ello, debe brindar amor, educación, contención, comprensión, disciplina, corrección; y además, pasar tiempo con los hijos. También hay que ayudarlos con sus tareas escolares, estar pendiente de lo que miran y hacen, sin dejar de atender las múltiples otras cosas que son su responsabilidad.
Además de las tareas mencionadas, está “el papel de esposa”. Este demanda un permanente apoyo incondicional y la atención que debe brindar a su marido, recibiéndolo a diario, obviamente, con una amplia sonrisa y, por supuesto, “espléndida” (como si su día hubiese transcurrido en un Spa) Además, el esposo espera que ella este lista para satisfacer sus deseos sexuales y así terminar el día con broche de oro.
Lo que acabo de describir es una realidad en la vida de millones de mujeres. Lo lamentable, es que ni los hombres ni los hijos, y mucho menos la sociedad, reconocen y valoran la extraordinaria tarea que realizan las mujeres en el hogar. Creo que tenemos una inmensa deuda con estas heroínas, que día a día se esmeran por hacer de nuestras vidas algo placentero y mejor.
Así como hoy en día se valora a la mujer que es exitosa en alguna actividad laboral o empresarial, también se debe reconocer, alabar y exaltar a la mujer que es exitosa en el cuidado y desarrollo de su familia. ¿Es que acaso no tiene el mismo mérito o más? Si eres esposo, hijo o hija, un familiar o un amigo, por favor decide darle reconocimiento a esa mujer que está cerca de ti y que cuida de ti.
Aparta tiempo para ella; llévala a cenar a un lugar distinguido, hazle regalos como agradecimiento por su extenuante trabajo y dale vacaciones de las tareas del hogar. Enseña a los hijos a respetar a mamá y a respetar su trabajo. Enséñales a valorar a la mujer que se invierte en ellos cada día. No te olvides de usar siempre las palabras; Por favor y gracias; son como agua en un desierto. Aprende a no quejarte, y si algo no está bien con ella, trátala con amabilidad y consideración, como te gustaría que lo hicieran contigo. Se creativo para reconocer y valorar a la mujer que tienes a tu lado.
La Biblia dice: Mujer ejemplar, ¿dónde se hallará? ¡Es más valiosa que las piedras preciosas!… ¡Sean reconocidos sus logros, y públicamente alabadas sus obras!
(Proverbios 31:1,31 NVI)
Pastor, Eliezer Pérez
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