Todo adolecente se queja de no ser entendido por sus padres. No solo ellos se quejan, también las parejas se quejan de no ser entendidos por su cónyuge. He oído a mujeres y hombres decir: “es que él no me entiende, somos tan diferentes el uno del otro” “no se como me casé con ella” Lo que les está separando es lo que en un momento les unió: “las diferencias”. Recuerden, el matrimonio es para complementarse no para ser iguales.
Para entender a tu pareja necesitas, entenderte y conocerte a ti mismo. Sócrates dijo: “Conócete a ti mismo” Esta frase puede referirse al ideal de comprender la conducta humana, porque comprenderse uno mismo es comprender a los demás también. Esto implica conocer tu temperamento para entender porque te comportas de la manera que lo haces y cuales son tus fortalezas y debilidades en tu carácter; saber cuales son tus defectos y temores. Considerar las cosas buenas y malas que haz adoptado de tu familia para deshacerte de aquellas que no aportan a tu relación. Conocerte a ti mismo significa que eres capaz de comprender a tu pareja, porque sabes que es un ser humano igual que tu y que padece cosas similares a las tuyas. Esto te hace más humano y menos egoísta. ¿Cuánto te conoces? Te detienes a pensar ¿quién eres? ¿porque haces lo que haces? ¿piensas en el otro, o tu vida está enfocada solo en ti?
Entiende a la otra persona. Cuando nos conocemos y sabemos realmente quienes somos, entonces somos capaces de comprender al otro e identificarnos con él. Ahora es el momento de preocuparte por saber lo que piensa tu cónyuge, lo que le preocupa. Cuáles son sus temores, su necesidades, sueños, la manera en que te responde y por que pide lo que pide. Un factor importante es que te detengas a escuchar y observar con extrema atención. Pregúntale, por qué piensa, hace y opina de esa manera. Preocúpate por conocer su personalidad, su temperamento. El conocer el temperamento de tu pareja te enseñará cuales son sus fortalezas y sus debilidades en su carácter. De esa manera le comprenderás mejor y podrás ayudarle a superar sus debilidades. Te recomiendo que leas el artículo “LOS TEMPERAMENTOS Y LA COMUNICACIÓN” donde hago un resumen de cada temperamento. Muchas parejas podrían mejorar su relación si tan solo se preocuparan en conocerse y entenderse. De esa manera serían más asertivos en complementarse el uno al otro.
Por último, pongan en marcha la comprensión mutua. Lo que quiero decir con esto es que hay que actuar en base al conocimiento que tenemos del otro y comenzar a aplicarlo. El psicólogo Paul Tournier, hablando de la necesidad de la comprensión mutua entre la pareja, recomienda que el esposo y la esposa se preocupen por ello, que se pierdan en ello; que se absorban hasta el máximo por aprender que hace reaccionar a la otra persona; que le gusta y que le disgusta; a que le teme, por qué se preocupa y cuales son sus sueños; en que cree y porque se siente de ese modo. En otras palabras, la pareja debe preocuparse e invertirse en la búsqueda de la comprensión mutua. Comienza a interesarte más en tu pareja que en ti mismo. Dale Carnegie en su libro “Como ganar amigos e influir sobre las personas” dice: “El individuo que no se interesa por sus semejantes es quien tiene las mayores dificultades en la vida y causa las mayores heridas a los demás” Te animo a que a partir de este momento tomes muy en serio el aspecto de la comprensión de tu pareja y comiences a trabajar en ello con ahínco y determinación.
Alguien dijo: “Un matrimonio no depende de cuanto amor se tiene por el otro, sino de cuan bien entiendo y comprendo a la otra persona”. Recuerda, no te rindas.
Pastor, Eliezer Pérez.