Cuántas veces ha escuchado: “¡Es que las mujeres son muy complicadas!”; o “Es que cuando le hablo, y él está viendo televisión, es como si yo no existiera”. Si, hay cosas del sexo opuesto que simplemente a veces no entendemos, y por lo tanto, nos frustramos. No obstante, es importante entender que nuestras diferencias no solo se limitan a aspectos de la personalidad, sino a aspectos biológicamente codificados en nuestros cuerpos que determinan nuestras tendencias de comportamiento dependiendo de si somos hombres o mujeres.
A continuación, le comento tres de estas diferencias, que le ayudaran a ver de forma distinta a su compañero o compañera.
- Las mujeres tienen una mayor conexión entre hemisferios que los hombres: esto se debe que el cuerpo calloso de la mujer (banda de fibras que une a ambos hemisferios), es más denso que el del hombre. ¿Que implica esto? Que la mujer es más emocional e intuitiva que el hombre, y por lo tanto tiende a conectar cada aspecto de su vida con sus emociones. Por otro lado, el hombre al tener un cuerpo calloso menos denso, vincula menos el lenguaje con las emociones (las palabras no tienen tanta carga emocional para ellos).
- El cerebro de la mujer esta codificado para que ella pueda hacer diferentes tareas a la misma vez, en cambio el cerebro del hombre esta codificado para tener una atención más enfocada: esto se debe a que las mujeres usan 10 veces más su materia blanca (millones de vías de comunicación) y los hombres usan 7 veces más la materia gris (razonamiento, cálculos mentales, acción). Debido a que las mujeres usan más su materia blanca, ellas pueden conectar más la información en las distintas partes de su cerebro y hacer varias cosas al mismo tiempo. El hombre, por trabajar más con la materia gris, enfoca su atención en una tarea y durante este tiempo se hace menos consciente de los distintos eventos que suceden a su alrededor. Esto explica porque las mujeres pueden cocinar y atender al niño a la misma vez, y por qué los hombres cuando ven la televisión no escuchan, ni sienten, ni ven nada de lo que está sucediendo a su alrededor.
- Las mujeres tienden a traer a la memoria recuerdos emotivos del pasado, mientras que el hombre tiende a no hacerlo: esto tiene una razón biológica, y es que el cerebro de la mujer tiene una mayor irrigación en la circunvolución del cíngulo que es un área del cerebro que se encarga de las emociones, conducta, aprendizaje y memoria. En cambio, el hombre tiene un menor flujo sanguíneo en las áreas del cerebro vinculadas a las emociones. Esto explica por qué durante una discusión, la mujer suele traer a colación eventos del pasado de la relación. También explica porque los hombres simplemente ven los eventos del pasado como un “tema superado”, siguiendo adelante rápidamente.
Estos tres aspectos nos recuerdan que la forma en como los hombres y las mujeres se manejan en medio de un conflicto, son diferentes. Estas diferencias no hacen que uno sea mejor que el otro, simplemente les hace distintos en el abordaje de una misma situación. Uno de los problemas de hoy, es que en los matrimonios cada uno defiende su punto de vista sin buscar entender, empatizar o escuchar al otro, bajo la excusa de que “no tiene sentido que piense (o actúe) de esa forma”. Allí es cuando nuestras diferencias biológicas nos recuerdan, que cerebralmente fuimos hechos para ver una misma circunstancia bajo distintos lentes. ¿Qué podemos hacer entonces?: 1) Aceptar que somos diferentes; 2) Valorar nuestras diferencias sin menospreciarlas; 3) Ser paciente con el otro; y 4) Usar esas diferencias para favorecer la relación y así complementarse mutuamente.
Psicóloga, Anaely Pérez
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