La educación de los hijos sigue siendo un desafío para todos los padres que realmente desean formar a hombres y mujeres que aporten a la sociedad. Si no lo ha pensado, la inversión que usted haga en la educación de sus hijos, se verá reflejada en la sociedad el día de mañana. Como padres, cada día estamos llamados a realizar una tarea que puede cambiar al mundo para bien o para mal.
La tarea de ser padres está siendo tomada muy a la ligera. Las parejas se casan y deciden tener hijos solo porque todo el mundo lo hace, pero realmente, no porque haya un proyecto de familia y una visión para criar a los hijos y hacer de ellos lo mejor para la vida. Esto se agrava, debido a que venimos de hogares donde la educación ha sido deficiente, por lo tanto estamos repitiendo el patrón.
Nuestros hijos necesitan levantarse en hogares donde los padres entienden el papel, tan importante, que les toca jugar. Para esto te quiero compartir los dos elementos, que considero indispensables en la educación de los niños: el amor y la disciplina.
El amor no es un elemento decorativo en la educación, es más bien un elemento formativo del carácter del niño. El amar al niño no significa consentirlo en todo, darle todo lo que quiere y dejarle hacer lo que le venga en gana, sin ser reprendido. Los padres que así actúan, no aman a sus hijos.
Amar al hijo comprende brindarle un hogar donde hay principios, valores, normas, y sobre todo, seguridad. Amar al niño implica respetarlo, porque él es una persona, no importa la edad que tenga, él debe sentir que se le respeta. El amor debe manifestarse de manera afectiva, diciéndole en todo momento cuanto se le quiere y estima. Además el niño debe ser abrazado y acariciado por sus padres como una manera de mostrarle amor.
El amor se manifiesta en el reconocimiento de los pequeños logros o avances que el niño va alcanzando. El celebrar, aplaudir, gritar y reconocer su logros, fortalece su auto imagen y le da seguridad para emprender cosas mayores.
Un niño que se levanta en un ambiente cargado de amor, llega a ser un niño seguro e inteligente.
El otro elemento que debe ser indispensable en la educación de los hijos es la disciplina. Esta es otra manera de mostrarle amor a nuestros hijos. Un niño amado, percibe que sus padres le corrigen porque lo aman. La disciplina es necesaria porque permite ayudar a que el niño desarrolle el autocontrol y una noción de límites, experimente las consecuencias de su comportamiento y aprenda de sus errores.
La disciplina no implica castigo o conflicto entre padre e hijo. Todos los niños necesitan la seguridad que brinda conocer las reglas y los límites de comportamiento; sin ellas se sienten perdidos.
Padres, no tengan miedo de disciplinar a sus hijos, es parte de la tarea formativa del carácter de ellos. Establezca reglas claras. El niño debe saber que se espera de él y cuales son las consecuencias de violar las regalas. Ejerza la disciplina con autoridad y firmeza, no dude en cumplir lo que usted mismo ha establecido como castigo. Si el niño ve que usted cumple lo que ha prometido, le respetará y ganará autoridad delante de él.
Por favor, no maltrate al niño, no lo insulte y mucho menos lo descalifique con palabras hirientes, solo corrija la conducta inadecuada. Recuerde, la disciplina es una manera de mostrarle al niño que usted lo ama, y porque lo ama lo cuida, orienta y corrige.
Padres, amen y disciplinen a sus hijos simultáneamente, de esa manera estarán formando hombres y mujeres sanos y fuertes para enfrentar la vida. Padres, ¡No se rindan!