Cada día es más común la violencia en los medios de comunicación social. Según estadísticas recientes, el hombre en general se hace cada vez mas insensible a presenciar actos de violencia, ya sea dentro del seno familiar, de relaciones cercanas, o a través de los medios a los que nos exponemos diariamente.
En muchos estratos de nuestra sociedad nos hemos encontrado con casos de niños que expresan conductas agresivas o violentas desde muy temprana edad. ¿Que esta pasando? ¿Que estamos haciendo mal? ¿Es un síntoma de los últimos tiempos o quizás somos los creadores de este gran desastre?
Pasemos a analizar algunas de sus causas:
- La supervisión perdida. Es muy probable, que a diferencia de otros tiempos, hemos descuidado nuestra labor controladora de lo que esta entrando en la mente de nuestros pequeños. Tal vez por pensar que usted también participó de experiencias tales como, películas o relaciones, sin causarle efectos negativos, usted piensa que eso también es bueno para su hijo. Sin embargo, no olvide que los tiempos han cambiado y ahora todo es más explícito y visualmente más influyente.
- La ayuda ausente. Hemos olvidado que debemos ayudar a nuestros niños a manejar sus emociones de manera saludable.
- Los modelos erróneos. Le permitimos al niño observar y oír nuestras peleas, gritos y desavenencias de pareja, de forma constante.
- La descomposición social a diario. El trato a nuestros niños de manera que se sientan violentados emocional, mental y físicamente por esta sociedad.
- La comodidad de ser permisivos. Hemos permitido que sea la televisión, los juegos electrónicos; con sus personajes violentos y tan descriptivos, los que formen sus mentes. Sin percatarnos que algunos de ellos imitarán a los héroes equivocados.
Como podemos cambiar el rumbo del juego actual a favor de nuestros pupilos?
- No esconda la cabeza dentro de la tierra como el avestruz. Analice objetivamente la conducta del pequeño, evidenciando lo que pueda estar pasando con él. Analice sus causas y tome las medidas que corrijan el rumbo.
- Supervise con amor y atención adecuada sin cansarse. Explique las razones y hágale ver el por qué debe aprender a escoger lo que entra por sus sentidos. Hágalo de manera adecuada pero con firmeza. Enséñele con paciencia y presencia, cómo debe hacerlo. Sin una adecuada supervisión no puede existir una orientación apropiada, generando problemas de conducta en los que usted más ama.
- Evite que sus hijos estén presentes al momento de enfrentar como pareja sus diferencias.
- Controle sus emociones al estar sometido a presiones de cualquier índole, recordando siempre que hay unos pequeños ojitos que le observan.
- No se crea fuera de moda por querer saber en donde y con quien están sus hijos en todo momento. Es una necesidad controlar este aspecto; y en caso de no poder hacerlo, solicitar la ayuda de personas de confianza que puedan hacerlo por usted. Los hijos no pueden estar 24 horas al día bajo su supervisión. Y no siempre ellos son lo que usted cree durante su ausencia.
- Evite dejar solos a sus hijos en el hogar, por largos períodos de tiempo, sin supervisión.
- Evite que tenga mucho tiempo ocioso e incluya en sus vidas diarias actividades que contribuyan positivamente en su formación personal o física. Inscríbalos en actividades en donde tenga que desarrollar relaciones personales o habilidades de concentración, son muy efectivas.
- Rodee a sus pequeños de personas de buena influencia, ya sea por sus habilidades, conductas o enseñanzas. Evite aquellas, que aunque a usted le agraden, puedan ejercer una influencia negativa en sus hijos.
- Observe como se desarrollan su relaciones personales con sus amigos y corrija aquellos comportamientos inadecuados. Enséñelo a responder sin necesidad de insultos o amenazas. Que entienda que el enojo no se expresa con golpes o palabras hirientes. El debe comprender el arte de la comunicación que trabaja a su favor y edifica a los demás.
- Enséñele a respetar la autoridad de aquellos que son mayores que él o a los cuales usted ha delegado su supervisión. ¡Si no respeta a los demás, tampoco le respetara a usted! Un niño debe aprender a que todos tenemos que dar cuenta al alguien y hay que respetar esa autoridad.
No permita que la violencia tome partido en la vida de su hijo, ayúdele a crecer sanamente de cuerpo y mente. Le deseo éxito en su maravillosa empresa familiar.
Ana Vargas Pérez
Educadora