Hoy día son muchos los proyectos y planes que se elaboran en una empresa. Cada uno de estos tiene como propósito mejorar, desarrollar, o establecer un producto en el mercado. En todo proyecto se busca ir más allá de donde se está, y para lograrlo se necesita trabajar en equipo, donde cada uno dé lo mejor de sí.
Miremos el matrimonio como un gran proyecto de vida. Esta puede ser una de las experiencias más gratificantes de la vida: “que los dos trabajen en este proyecto común”. Para ello es necesario establecer metas, y evaluar el avance de dichas metas.
Cuando nos casamos y establecemos una familia, por lo general pensamos que ya hemos alcanzado lo que soñábamos, y olvidamos que es apenas el comienzo para construir la relación, y lo que una vez nos cautivó como pareja. Es precisamente dentro del matrimonio donde debemos trabajar en ese proyecto de vida, el cual nos permitirá ver cristalizado nuestros deseos y sueños.
Recuerda, un matrimonio no es una bella boda con muchos amigos y una gran celebración. Eso es solo el disparo de partida. Es después de ese disparo que comienza la carrara, el desafío, los ajustes, la comunicación sincera y muchas otras cosas más. Es allí donde se demuestra que tan comprometidos estamos en llevar adelante ese proyecto llamado: “matrimonio”.
Si comienzas a ver tu matrimonio como un proyecto, y estableces las metas comunes a lograr, eso traerá como consecuencia un profundo entusiasmo. El entusiasmo es necesario en todo lo que hacemos en la vida, pero mucho más cuando se trata del matrimonio. El entusiasmo es algo contagioso que se disfruta, que se palpa en el ambiente, y ayuda a mantener la ilusión con que se unió la pareja.
El entusiasmo es el resultado de tener un propósito común. Este se fortalece cuando comenzamos a ver los resultados de trabajar en ese proyecto, como el experimentar los cambios tanto en mi propia vida, como en la vida de la otra persona. Una de las cosas que destruye a las parejas es no tener una razón de vivir cada día. Esto es provocando por la monotonía de la rutina cotidiana, que poco a poco va minando el amor, la pasión, la ilusión, y los sueños, hasta acabar con ellos.
Cuando el matrimonio se convierte en tu proyecto vida esto hace que ambos trabajen en equipo y se apoyen mutuamente. Es interesante lo que la Biblia dice al respecto: “Mejor son dos que uno… porque si cayeren, el uno levantará a su compañero” (Eclesiastés 4:9-10) Esto quiere decir que cada uno es necesario para ayudar al otro. Realmente el matrimonio se trata de eso, de apoyarse mutuamente en todo. Cuando la pareja tiene un enfoque claro de lo que quieren y desean, esto redunda en mayor comprensión y apoyo.
No importa si están por casarse, o lo han estado por años. Hoy pueden comenzar a hacer de su matrimonio el proyecto de vida que soñaron. le animo a que piensen y decidan juntos establecer las metas que los harán mejor en el trascurso de sus vidas, y hacer de su estilo de vida algo más que vivir bajo un mismo techo. Les animo a que comiencen hoy. Dios los bendiga y manos a la obra.
Pastor, Eliezer Pérez
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