Una tragedia en la crianza de los niños, es la ausencia de buenos hábitos. Los padres de hoy piensan que esto es algo del pasado y una forma de dominación paternal, que además de estar en desuso, esta “fuera de moda”. Podemos hoy en día observar con dolor a una sociedad desprovista de los contenedores sociales que aportan los buenos hábitos, y que ayudan a convivir en familia de forma segura, ordenada y agradable.
Vivimos en una sociedad que defiende la complacencia absoluta. Ante esta circunstancia, le pregunto: ¿Es capaz un niño de saber lo que le conviene y escogerlo sabiamente? ¿Por qué entonces no se le permite escoger, ir o no ir a la escuela? Realmente no lo permitimos porque entendemos que no tienen la madurez para saber lo adecuado. Esta es una responsabilidad de los padres.
¿Que son hábitos?
Son costumbres, acciones o actividades que de tanto repetirlas, se convierten en parte de nuestra rutina y pueden traer orden y seguridad, siempre y cuando vayan dirigidos a formar seres humanos responsables y disciplinados.
Existen buenos y malos hábitos. La diferencia entre ambos esta en la contribución que hacen a la vida del individuo. Los buenos hábitos construyen y dan seguridad; en tanto que los malos hábitos, promueven comportamientos errados que generan conductas inadecuadas en el niño.
¿Por que hay que desarrollar buenos hábitos en nuestros hijos?
- Porque los necesitan y los esperan. Vivimos de costumbres, tradiciones y reglas de comportamiento que nos ayudan a convivir y a ser mejores seres humanos
- Porque ellos dan seguridad, con respecto a lo que se espera de ellos en su diario vivir.
- Porque aportan a la vida del niño salud y bienestar para toda la vida
- Es una forma de prevenir efectos adversos al pequeño (gordura, enfermedad, etc.)
- Porque será mas fácil para usted y para él, adoptarlos en edad temprana, a que por su desconocimiento, se vea forzado a hacerlo de manera tardía en su vida. Todos sabemos cuan difícil es cambiar malos hábitos en nuestra vida adulta.
- Porque además, ello contribuirá a la paz del hogar, y a su tranquilidad como padre, al eliminar una fuente de inconvenientes.
Enunciemos algunos buenos hábitos:
Hábitos de higiene:
Bañarse diariamente, cepillarse los dientes después de cada comida, no lanzar flatulencias en público, taparse la boca al estornudar o toser, usar el pañuelo o servilletas para la nariz, cerrar la boca al comer o masticar goma de mascar, cambiar diariamente, y después del baño, la ropa interior, colocar la ropa limpia y sucia en el lugar debido, etc.
Hábitos sociales:
Saludar al entrar a un lugar o atender el teléfono, tocar las puertas cerradas antes de entrar, pedir permiso para interrumpir, respetar a toda persona y en especial a las personas mayores y a las que representan autoridad, ser responsable, etc.
Hábitos personales:
Dormir lo necesario y a una hora adecuada, comer saludablemente, y no saltar comidas, leer todos los días, hacer ejercicio, preparar el día anterior lo que necesitara para el día siguiente, ordenar su cuarto y mantener en orden sus cosas personales, ayudar en el hogar, disciplinar sus horas de juegos, tv, y computadoras, etc.
¿COMO INSTAURAR BUENOS HABITOS EN LOS PEQUEÑOS?
- Siendo los padres un ejemplo de disciplina en aquellos hábitos que trata de formar en el niño
- Repitiendo y repitiendo la conducta a establecer de manera consecutiva y sin interrupción por un tiempo no menor de 21 días para que el cerebro logre ubicar dicha actividad como un hábito o rutina personal.
- La meta, es que aprenda con el ejemplo de los padres, siendo dirigido por ellos hasta que asimilen lo aprendido. No se rinda.
- Supervisando al niño hasta que sea capaz de hacerlo por si solo
Es usted quien debe decidir cuales hábitos serán importantes para él y para usted. Los padres deberán definir entre ellos con anterioridad las metas a alcanzar en sus pequeños, aun antes de que estos nazcan. Dichos hábitos deberán enseñarse desde la edad mas temprana posible y de una manera continua sin contradicciones entre los padres. Usted deberá ser ejemplo con su comportamiento ante el niño. Una manera de lograrlo es realizando la rutina juntos, hasta que él lo internalice en sus hábitos de vida.
Educadora, Ana M Vargas.