Como lo prometí, aquí está la segunda parte del artículo “12 Errores En La Discusión De Pareja”, que fue bajado de www.taringo.net. Creo, con toda sinceridad, que estos tips pueden cambiar profundamente la manera de discutir con tu cónyuge. Así que te animo a leerlos, meditarlos y comenzar a ponerlos en práctica, cada vez que discutas con tu pareja. Estos son los siguientes cuatro errores:
5) Dar un primer profundo zarpazo
¿Qué se espera de la evolución de una discusión cuando el primer acto es apuñalar donde más duela?
La secuencia de momentos es fácilmente ilustrable. Del dolor abierto vendrá una respuesta cruenta y de esta, la contra respuesta. Las mentes cegadas por el rencor y el cuidado de no perder encaminarán a una destructiva secuencia de puñaladas y acuchillamientos emocionales. De allí no saldrá nada bueno. Apenas otra cicatriz en el historial de dolores de la relación.
Sin embargo, ¿qué ocurriría si por variar, si por intentar una forma distinta de comenzar a plantear un problema o tema de discusión, se comenzara con un elogio del otro? Imaginemos la situación. En lugar de abrir los labios para lanzar un zarpazo, elogiamos algo del otro, comentamos un aspecto que nos gusta. ¿Eso abre o cierra a nuestra pareja? Y luego, con cuidado de no concentrarse mas que en buscar una solución, y compartida, vamos exponiendo los hechos sin intentar herir. ¿Quién negará la buena disposición que encontraremos, el ánimo de ceder o de opinar que generamos?
6) Ambiguos y mudos
No pocas veces, por evitar empeorar más la situación, caemos en el corrosivo campo de los “no concretos”. Señalamos que odiamos cosas, pero no las especificamos. No decimos ni qué es lo que no nos gusta ni porqué no nos gusta. No alcanza con enumerar el listado de cosas que odiamos del otro, con tanta precisión que ni un bisturí de disección alcanzaría.
Un modelo constructivo es abandonar el campo de lo no concreto y pasar a ser específicos. Si callar lo que nos molesta empeora las cosas en lugar de mejorarlas, lanzar problemas sin aclarar su naturaleza es igualmente mortal. Si queremos señalar algo que no anda bien, indiquemos qué es lo que no va bien, porqué no va bien, cómo nos gustaría que fuese, etc. De esta manera quitamos angustia al otro, pues le mostramos sin dudas el centro de la cuestión, le ilustramos en cómo lo va haciendo mal y cómo nos gustaría.
A continuación se puede conversar en la búsqueda de salidas o intercambio de opiniones sobre el tema. Y si aplicamos los consejos que vamos exponiendo en estas líneas, confíe el lector en que se llegará a buenos acuerdos.
7) “Yo te acuso”
Muchos matrimonios, al discutir, dan la impresión de maestros regañando a sus alumnos o de fiscales en la Corte acusando a reos de los peores crímenes. Lejos de cooperar con un buen desarrollo de la discusión, la actitud agresiva e intimidante cierra al acusado a cooperar con el problema. Por el contrario, le coloca en la posición de quien se defiende de no importa qué postura que ahora deberá sostener como suya.
Depurar nuestras palabras de juicios de valor y acusaciones, del tono reprendedor y de cuchilladas psicológicas abrirá a nuestra pareja a nuestro problema y a encontrarle solución.
8) Disparar y huir
¿Qué cosa es más frecuente que convertir una discusión – que no se quiere larga y enfadosa – en algo semejante a un pelotón de fusilamiento donde descargamos toda nuestra ira y frustración para luego huir, cerrando toda puerta a nuestra espalda?
Si aplicamos las recomendaciones enunciadas, lograremos evitar los errores y conducir el encuentro en una búsqueda de soluciones. Sin embargo, forma parte del proceso de pareja, darnos espacios a aclaraciones, a asegurarnos que nos hicimos comprender y confirmar que comprendimos bien al otro, tal y como nosotros mismos quisimos ser entendidos en nuestro punto de vista. El clima que queda flotando en el ambiente tras haber mutuamente entendido que el otro nos interpretó adecuadamente y que trabajaremos en el conflicto es un poderoso atractivo para reencender la relación de pareja.
Mis apreciadas parejas, realmente estos cuatro errores son desbastadores, cuando de discutir los problemas o diferencia se trata. Tómalos en cuenta y comienza desde ahora a tomar las medida necesarias para evitar caer en ellos. ¡No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy! Comienza a dar los primeros pasos, desde ahora mismo.
Pastor, Eliezer Pérez