Todos nosotros hemos oído acerca del Titanic. Este gran barco que habiendo partido de Southampton a Nueva York Naufragó el 14 de abril al chocar con un iceberg, muriendo 1514 pasajeros de los 2223 que iban a bordo.
Se dice que en seis diferentes ocasiones el experimentado capitán del Titanic, Edward J. Smith, fue advertido de bajar la velocidad, cambiar el curso y tomar la ruta del sur debido a los témpanos de hielo que se habían divisado. Pero pasó por alto todas estas advertencias específicas debido a que él era el capitán, y porque pensaba, este barco es insumergible.
Entonces el barco chocó contra el témpano, se produjo la grieta en el casco y se fue a pique rápida y desastrosamente. ¿Cuantas veces ha recibido usted la advertencia de que su matrimonio no anda bien?
Esta historia se repite en algunos matrimonios, que por no prestar atención a las advertencias y señales terminan hundiéndose en el mar de la separación. ¿Qué podemos aprender de esta triste historia?
No hacer caso a las señales puede llevarnos a una tragedia. El capitán Edward J. Smith, no presto atención o no le dio importancia a las advertencias de bajar la velocidad y cambiar el rumbo. Ningún matrimonio comienza a resquebrajarse de la noche a la mañana, esto es un proceso que toma tiempo. Durante este período hay señales que nos advierten que algo no está bien, que la relación esta perdiendo su candor. Normalmente, las discusiones se intensifican y se repiten más a menudo. La pareja comienza a distanciarse, tanto en lo físico como en lo íntimo. El romanticismo disminuye, las diferencias se agigantan y lo que antes me gustaba del otro ahora me molesta.
El problema no son las advertencias, el problema se encuentra en ignorarlas y no hacer nada. Mi apreciado amigo, amiga, si tu matrimonio está dando estas señales, no hagas como el avestruz, meter la cabeza debajo de la tierra. Comienza a tomar las medidas y acciones necesarias para no terminar hundidos.
No cambiar y mantener el rumbo nos precipita al desastre. A pesar de las muchas advertencias de cambiar el rumbo, el capitán Edward J. Smith se mantuvo en el rumbo del desastre. En el matrimonio, esto ocurre normalmente cuando se piensa que se tiene la razón y que es el otro quien está equivocado y tiene que cambiar. Nos llenamos de orgullo y nos ponemos tercos, sin importarnos lo que pueda ocurrir. Es posible que pensemos como Edward Smith: “yo soy el capitán” yo me la sé toda.
Esta posición tonta y estúpida no nos permite ver el iceberg que viene sobre nuestro matrimonio y que vamos a chocar. Si hay un mal consejero es el orgullo, este no te deja reconocer los errores y desaciertos. No te permite pedir perdón y perdonar, solo estás enfocado en tener la razón. Recuerda, junto a los 1514 pasajeros que murieron, murió el capitán. En el Naufragio de tu matrimonio no solo morirán tus hijos y tu cónyuge, también fallecerás tú. Decide cambiar el rumbo ahora, deja el orgullo y decide dar un golpe de timón a tu matrimonio, no esperes más.
Pensar que no va a pasar nada, que todo estará bien, nos nubla la visión de, a donde queremos llegar. No me atrevo a asegurarlo, pero con la fama de excelente capitán, del que gozaba Edward Smith, y de lo extraordinario que era este barco para su época, esto haya llenado de un optimismo exagerado el corazón de este capitán. Lo mismo le sucede a muchos cónyuges, piensan que todo se va arreglar, que no va a pasar nada y están confiados que su matrimonio no se va a hundir. ¡Cuidado! No te confíes, cambia de curso, baja la velocidad y navega a aguas seguras.
Mis apreciadas parejas, toma en cuenta las advertencias, o señales que estás mirando en tu relación. Presta atención a lo que esta sucediendo, Decide cambiar el rumbo, o sea toma acciones ya, y no te confíes, todo puede suceder si no te pones en alerta máxima. Que Dios los ayude a no naufragar y ser de los que aprenden de los errores de otros. Feliz Semana, y recuerda: ¡No te rindas!
Pastor, Eliezer Pérez.
Artículos Relacionados:
Cuando una mujer contrae matrimonio está buscando y deseando seguridad. El hombre para ella es la pe...
El pasado 28 de octubre cumplí 35 años de casado con mi querida novia, amante y esposa, Ana M. Varga...
Sigo pensando que la comunicación es una de las anclas más importantes en la relación de pareja. Cua...