Uno de los enemigos más feroces de la relación matrimonial es el orgullo. Alguien dijo que el orgullo es como un virus que llega a nuestra computadora causando malos ratos, frustración, preocupación, infelicidad, tristeza y dolores de cabeza.
Algunos definen el orgullo como excesiva estima, o amor propio, que busca la atención menospreciando a los demás y mostrando que no necesita de nadie.
En la mayoría de los casos el orgullo brota de la ira producida por un fracaso personal, o de la frustración de no hacer lo que se debe. Por eso tiene la característica de no reconocer los errores. Debido a esto, la persona orgullosa, muchas veces no es consciente de estar actuando movido por este problema, evitando así la ayuda que amerita.
El orgullo en la pareja se manifiesta de acuerdo a lo que pensamos del cónyuge. Dependiendo del concepto que se tenga del otro nos relacionaremos con él o ella. Por ejemplo, un esposo que piensa que su pareja no es lo suficiente inteligente, o capaz, terminará tratándola de manera despectiva y haciéndole sentir inferior. Cuando hay decisiones que tomar, no la tomará en cuenta, y tampoco sus opiniones. Esto se debe a que el orgullo le impide aceptar a su pareja tal como es.
El orgullo también lo vemos expresado cuando se piensa que se tiene la razón. Las personas orgullosas tienden a ser obstinadas y tercas, evitando escuchar y nutrirse de las ideas del otro, solo por el hecho de no dar su brazo a torcer. Esto hace que la convivencia en la familia y especialmente con su pareja, sea cada vez mas tensa y lejana. Esto puede llegar a tal grado de incomprensión que puede poner en riesgo la unidad y estabilidad de la relación.
Una persona orgullosa es capaz de manipular a los demás con tal de no reconocer su error. Esta persona nunca asume la responsabilidad de los hechos, siempre culpa a los demás de lo que ha pasado y busca, por todos los medios, quedar bien con los que le rodean, sin importar si tiene que mentir o manipular las cosas y las personas. Cuando esto se aplica a la relación matrimonial, el cónyuge orgulloso no está dispuesto a asumir responsabilidades y mucho menos a reconocer sus fallas.
Es así como el orgullo termina anulando completamente la humildad y el diálogo. Es ahí cuando la relación se convierte en una verdadera bomba de tiempo, donde ambos tienen ataques emocionales expresados de diferentes formas.
Cómo enfrentar el orgullo.
- Reconociendo que tienes un problema de orgullo que está destruyendo tu relación y alejando de tu corazón a la persona que amas.
- Proponte tener una actitud de humildad, aceptando que no siempre tienes la razón, que como ser humano te equivocas y que otros tienen el derecho de pensar y opinar diferente de ti.
- Minimizar el orgullo practicando el perdón, tanto para darlo como para recibirlo. Cuando te examinas interiormente comienzas a descubrir contra quien es la rabia y esa es la oportunidad de perdonar a quien te hizo daño. También es la oportunidad de pedir perdón a quienes has herido y maltratado.
- Pídele a Dios que te ayude. El puede ayudarte a sacar el veneno destructivo del orgullo. La Biblia dice: “Que nadie tenga más alto concepto de si que el que debe tener”. Pídele que te ayude a dejar el espíritu de orgullo y prepotencia y veras que te lo concederá.
- Por último, si sientes que necesitas ayuda profesional para tratar este asunto en tu vida, no dudes en buscarla, tu pareja y tus hijos te lo agradecerán.
Recuerda, tu puedes vencer el orgullo. Tu puedes ser diferente y hacer de tu vida y la de los tuyos un verdadero oasis. No te dejes vencer, comienza hoy mismo a luchar contra esto. No olvides, que no hay lugar para rendirte. ¡Tu puedes!
Pastor, Eliezer Pérez.
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