Este parece ser el dicho preferido de los padres modernos. En mi anterior articulo hablamos de las adicciones electrónicas que están desarrollando nuestros hijos y la manera de mantener a raya dichos artefactos, a fin de disminuir sus daños.
Esto no solo es un problema que afecta a los pequeños, sino también a los padres y adultos en general.
Según las estadísticas, el 80% de los accidentes automovilísticos son provocados por fallas humanas, distracciones, entre las que se suman los causados por el uso de aparatos electrónicos durante el tiempo de manejar. Según el Departamento de Psicología de la Universidad de Utah, cuando se conduce y se usa el celular simultáneamente, se disminuye el tiempo de reacción para frenar en un 10% y el de acelerar en un 20%. El uso de los mensajes de texto, se ha convertido en un mayor riesgo que el mismo alcohol. También se ha demostrado que las personas que usan aparatos electrónicos, sin el control debido, tienden a trabajar mayor cantidad de horas ya que lo hacen desde cualquier lugar, incluyendo el carro.
¿No le parece que una persona que no pueda parar el uso de su computadora o teléfono celular, poniendo en riesgo su vida, es una adicta? Definamos lo que es una adicción… “es cuando de manera cotidiana, hay una conducta descontrolada, repetitiva y dominante que alguna persona no puede o no quiere abandonar a pesar de sus consecuencias destructivas sobre si mismo…” otro concepto dice: “…Es una dependencia a una sustancia o actividad….”
Hágase esta pequeña evaluación al respecto:
• ¿Te aíslas de tu familia o amigos por permanecer en ese mundo virtual durante horas y horas?
• ¿Hay quejas de tus hijos, pareja o amigos al respecto?
• ¿Eres de los que aun en reuniones familiares o de trabajo estas enviando mensajes de manera compulsiva o chateando? ¿Interrumpes una conversación para contestar mensajes?
• ¿Lees o envías mensajes mientras conduces o vas pasando la calle?
• ¿Te trasnochas o pierdes tiempo valioso de los estudios, trabajo o relaciones para permanecer en esta actividad?
• ¿Rehúsas aceptar que tienes demasiado apego a los aparatos electrónicos ante la observancia de tus hijos, pareja y amigos?
• ¿Se molestan o te han abandonado amigos por esta razón? ¿Se quejan otros por lo mismo?
• ¿Ha crecido o decrecido tu dependencia en el transcurso del tiempo?
• ¿Te encuentras constantemente revisando redes sociales y te descubres haciéndolo compulsivamente?
Si has contestado positivamente a la mayoría de estas preguntas, tienes una adicción y toda adicción pasa factura sobre la vida del adicto. Y tu dirás: ¿pero que tiene esto que ver con mis niños? ¡Mucho!
Si eres un padre consciente, y sabes que tu comportamiento habla mas que tus palabras, tomaras medidas al respecto si deseas mantener tu autoridad y tu respeto.
Cuando permites que esta actividad continúe compulsivamente en tu vida, el mensaje que estarás enviando a tus hijos es:
• No eres tan importante, o mas importante que lo que estoy haciendo
• Es licito dejarse dominar por cualquier cosa que me atraiga
• Esta bien aislarse del mundo para vivir en un mundo virtual
• Las relaciones con otros no son tan importantes. El invertir tiempo de calidad con otros, no es tan importante ni necesario.
• Se ambiguo e incongruente en lo que piensas, vives y eres y no le des importancia tanto a las palabras
• No tengo autoridad para dirigirte, pues tampoco se como controlarme a mi mismo.
De esa manera, le estas abriendo un camino a tus hijos a conductas adictivas.
Mis queridos padres y madres, ¿no es cierto que cuando eras niño(a) aprendiste más por el ejemplo y el modelaje de tus padres, que por lo que decían? ¿No fueron sus acciones mas fuertes que sus palabras? ¿Verdad que aun hoy, te encuentras haciendo lo que aborreciste en ellos? Dime entonces, si no es importante que cuando le enseñes algo a tus pequeños lo vean respaldado por tu conducta, y tu ejemplo.
Ane Vargas de Pérez
Educadora.