Tengo un amigo que dice: “hay personas que siempre andan con lentes oscuros, todo lo ven negativo, solo observan las fallas de los demás”. Por lo general estas personas han desarrollado una actitud permanente de crítica. “Siempre ven el punto negro en la sábana blanca”. Lamentablemente así viven algunas parejas, siempre criticándose mutuamente.
La crítica, como se dice en el boxeo, es un gancho al hígado. Esta es demoledora, destructiva, y sobre todo, desmotivadora para quien la escucha. Una de las características de la crítica es que va destruyendo lenta y paulatinamente el espíritu, la estima y el valor de las personas. Es un maltrato emocional que fractura integralmente al individuo.
La consejera Graciela Large de la Hoz, dice en su artículo: “Si critico: ….¡he caído en la trampa!”, lo siguiente: “la crítica tiene dos caras: la de fuera, que parece buscar lo correcto, la bondad, la corrección, envuelta en rigidez, y con una profunda exigencia hacia los demás para que hagan, sean o sientan aquello que no vivo…, y la cara oculta de tu propia autoconfianza, ésta se debilita con cada pensamiento de crítica que se proyecta en alguna situación. Se produce una pérdida de autovaloración, aunque pareciera que nos reforzamos en un primer momento”.
Notemos que la crítica perece buscar la corrección, muchas veces envuelta de bondad, pero lo que ignora la persona es que está proyectando su propia carencia y debilidad. Está tratando que los demás sean o hagan lo que el mismo no logra realizar, o sea, la crítica es hacia si mismo.
La persona que critica solo ve lo negativo, magnificándolo a tal grado, que llega a cansar y molestar profundamente a los demás integrantes de la familia. Las personas que son críticas, les cuesta reconocer su actitud y por ende que lo que está criticando es de lo que está careciendo.
Notemos que las personas que critican permanentemente a su cónyuge, desconocen que al hacerlo quebrantan la confianza en ellos mismos, trayendo como consecuencia un debilitamiento en la estima y el valor propio, aunque se piensa que es todo lo contrario. Cuando usted critica las fallas, debilidades y errores de su pareja lo que está logrando es descalificarse y desvalorarse. Uno de los perores males de la crítica es que termina reactivando el sentimiento de que, “yo no valgo lo suficiente”.
Este problema de la crítica evita que se examine retrospectivamente para ver sus propias fallas y defectos. También, bloquea la capacidad de analizar las propias situaciones impidiendo el cambio y el aprendizaje.
Esta actitud es tan desbastadora, que termina agotando las fuerzas emocionales, haciendo que la persona se canse de la vida, debido a que todo cuesta demasiado y haciéndole anhelar otro estilo de vida. La consejera, Graciela large de la Hoz, dice: “El máximo exponente de la crítica es la decepción. Se manifiesta con insatisfacción, desgano, apatía, distanciamiento y con la presunción de que el compañero ya no me da lo que necesito. En definitiva, que el otro ya no nos vale”.
La crítica hace olvidar lo que otros admiran de usted y lo valioso que es; también, que hubo tiempos mejores en que el amor, el respeto, la consideración y la aceptación eran parte de su vida y de su entorno.
Decida hoy, luchar contra la crítica en su propia vida, no le de lugar. Usted notará que al abandonarla experimentará el amor y la libertad. Disfrutará la libertad de la obsesión, el sufrimiento y el aburrimiento. Y sobre todo, sus seres queridos se lo agradecerán infinitamente. ¡No se rinda!
Pastor, Eliezer Pérez.