Aunque nos parezca un tema jalado de los pelos, podemos afirmar que también nuestros hijos padecen de este mal como consecuencia de escenarios familiares o personales que se presentan ante determinadas circunstancias que la propician.
No se cumple en todos los casos, pero es común ver como algunas niñas, buscan alejar a su padre de su madre con comportamientos tales como: sentarse entre papa y mama, llorar o enfurecerse cuando sus padres tienen gestos de amor entre si etc. A su vez, ante la llegada de un nuevo integrante de la familia, se observa retraimiento y comportamientos de rebeldía o depresión como una expresión al sentirse relegado o reemplazado por alguien mas joven. Lo mismo, puede observarse en la escuela a la llegada de un nuevo amigo que ocupa el tiempo de su compañero(a) y que antes se le daba a el (ella).
Es necesario que sepamos que dicho sentimiento es común y es producto del miedo a perder o ver disminuir el cariño y la atención de alguien importante en su vida. No necesariamente, su visión esta centrada en la realidad de lo que sucede, aunque el pequeño así lo siente y lo vive.
Es de hacer notar, que en el transito de este evento, los niños experimentan mucho sufrimiento, ya que su mal comportamiento lo mantiene en un circulo vicioso que le produce mayor ansiedad al no poder enfrentar dicha circunstancia con serenidad y provocar en otros el rechazo que no desea. Es un sufrimiento, seguido de culpabilidad.
Resulta de suma importancia el conocer a nuestros niños, para que a través de la observación, podamos captar esos cambios que en ocasiones mal interpretamos como “picos de malos comportamientos”, desconociendo las causas. Esto podría resultar en sentimientos de rechazo, postergación etc., que de no tomar correctivos sabios, marcarían negativamente sus vidas. Esto debe hacerse de forma comedida, sin darle demasiada importancia, aunque tomando las medidas necesarias.
¿Qué debemos hacer como padres?
- Evitar gritarle o desacreditarle al momento de corregir sus hechos
- Evitar darle ocasiones en donde pueda confirmar sus miedos de rechazo u otorgarle demasiada atención
- Evitar comparar, otorgar privilegios o posturas hacia el rival que puedan darle argumentos a sus miedos
- Evitar que otras personas cercanas, tomen posición frente al niño a través de comentarios de comparación
- Evitar ironías o burlas cuando su mal comportamiento se presente
- Mostrar cariño y atención frecuente hacia el pequeño para que reciba el mensaje de que es amado y aceptado
- Enseñarlos a que la vida esta llena de situaciones que le van a producir frustración y como puede enfrentarla.
- Enseñarle como aceptar el éxito de otros sin sentirse desplazado
- Enseñarle como responder con tranquilidad a las realidades que no le son agradables.
- Enseñarle a aceptar sus limitaciones y sus logros o capacidades con una actitud de contentamiento
- Enseñarle las reglas de comportamiento familiar que se esperan de el y los limites establecidos para una buena convivencia
- Estimularle a que exprese sus emociones con libertad, aunque estas sean de tristezas o de alegrías.
Como podemos ver, nuestros niños son también seres humanos, inexpertos en el manejo de escenarios que enfrentará y para lo cual, deberán los padres estar listos a ayudarle a aceptar y transitar sin mayores consecuencias. Este es un escalón mas de crecimiento, dependerá de usted como padre que su hijo salga con una nueva herramienta para vivir la vida con éxito.
Educadora, Ana M. Vargas